“Los puntos negros, los barros y otras imperfecciones pueden ser ocasionados por los aceites que traen los productos”, bueno eso es lo que nos han hecho creer. Yo he encontrado lo opuesto: el aceite le ha dado una limpieza extraordinaria, luminosidad y humectación increíble a mi cara. La industria cosmética nos ha hecho creer durante muchos años, sobretodo a las personas con piel mixta (como yo) o piel grasa, que debemos deshacernos de toda la grasa que nuestra piel produce. Incluso nos ha inculcado el aplicarnos químicos que literalmente queman nuestra piel para evitar todas las imperfecciones como barros y puntos negros.

Las promesas de la mercadotecnia cosmética han tenido tanta influencia en nosotras, que muchas nos encontrábamos (o aún lo hacemos) lavando la cara y tratando de “cortar la grasa” como si fuéramos vajilla con jabones abrasivos. La ansiedad de ver otro granito o ese bultito (que anuncia que la llegada de un barro) hace que recurramos a productos agresivos e irritantes. Son muchos los jabones en el mercado que quitan la grasa natural de la piel, dejando que nuestro órgano más grande trate de reemplazar esa grasa que quitamos tan agresivamente. Así es como entramos en un ciclo de: lavar, arrancar la grasa natural, quedar con piel seca y acartonada y por lo tanto tener que humectar. Además de los efectos de resequedad que todo esto provoca, muchos productos tienen demasiada fragancia, uno de los más grandes irritantes.

¡Nos estamos provocando nosotras mismas piel seca, irritada e inflamada por nuestra obsesión de lavar!

También hay que tomar en cuenta que cada vez que removemos la grasa, nuestra piel compensa la falta de humectación produciendo más grasa. Y es que nuestra piel produce grasa naturalmente porque la necesita, está presente para beneficiarla y ayuda a que funcione. Tenemos que aprender a trabajar a favor de nuestra piel y no en contra.

¡Volvamos a lo básico! De acuerdo a al método de limpieza con aceite, cuando limpiamos y humectamos con aceite la piel, estamos disolviendo la grasa con la grasa. La piel se lubrica de manera natural, así que no hay que temerle al aceite.

Seguramente te estás imaginando que es una verdadera locura y que solo te estarás provocando grasa y poros tapados. Pero, los barros, granitos, puntos negos y blancos, son el resultado de diferentes factores incluyendo hormonas, bacterias, células muertas y el acumulado de estos factores.

Vamos a considerar cualquiera de estos 3 aceites para este método:

Los ácidos esenciales de estos aceites restauran la humectación natural de la piel y previenen la resequedad. Opta por los aceites que han sido extraídos en frío y en la primera presión, como el aceite de oliva extra-virgen, ya que tiene nutrientes, vitaminas y ácidos grasos esnciales que los aceites minerales o refinados no tienen.

  • El Método

Éste se hace antes de ir a la cama. No hay necesidad de lavarte la cara en la mañana con limpiador si ya la tienes limpia desde la noche anterior, enjuagarte con agua es suficiente, no queremos limpiar de más nuestra piel (ya que eso causa más producción de grasa). El objetivo de este método es limpiar profundamente, mientras equilibramos la producción de grasa.

  • Necesitarás una toalla facial y agua caliente
  • Aplica una cantidad generosa de aceite en la palma de tu mano
  • Frota tus manos para calentar el aceite y comienza a masajearlo en tu cara
  • El masaje removerá el maquillaje, las impurezas y suciedad (en mi caso yo ya no tengo que usar desmaquillante cuando uso este método)
  • Haciendo movimientos suaves en la piel, masajea de manera profunda para penetrar los poros
  • Toma tu tiempo y enfócate en las áreas problemáticas
  • Deja que el aceite entre a tus poros para que los puntos negros se disuelvan y se vayan con el vapor del agua caliente
  • Mientras te haces este masaje, despeja tu mente y aprovecha para relajarte y respirar, deja que el aceite haga su trabajo
  • Una vez que ya has aplicado bien el aceite, toma una toalla y mójala en agua muy caliente, yo después de mojarla la meto en el horno miroondas por 30 segundos
  • La toalla debe de estar lo suficientemente caliente (teniendo cuidado de no quemarte) para que abras los poros y remueva las impurezas
  • Coloca la toalla caliente sobre la cara, el vapor hará que la grasa y el agua generen una especie de emulsión
  • Espera a que enfríe un poco y después comienza a remover el aceite con la toalla
  • Enjuaga la toalla, vuelve a calentarla, aplica aceite y repite el procedimiento de 2 a 3 veces
Relacionado:
Guía de aceites

Este método se aconseja hacerlo de manera frecuente pero no diariamente, aunque yo si me limpio casi todos los días con aceite de oliva o jojoba únicamente. La piel perfecta no se logra de la noche a la mañana, deja que tu piel se vaya adaptando. Puede que te salgan algunos puntos blancos al principio, pero toma en cuenta que la nueva grasa que está surgiendo es una buena señal y pronto se va a equilibrar.

  • Tu mezcla personal

También está la opción de hacer tu propia mezcla. En este caso, la base va a ser uno de los 3 aceites: jojoba, oliva o girasol (solo uno) y le podrás agregar aceite de ricino, que tiene propiedades antiinflamatorias muy potentes, pero también es curativo y limpiador. El aceite de ricino se debe de usar con moderación, ya que en exceso de puede dejar con piel reseca (aunque suene contradictorio). Como es más espeso y sus propiedades limpiadoras tan fuertes, tenemos que diluirlo con otro aceite, uno más delgado y que sea nutritivo, por eso la base debe de ser girasol, jojóba u oliva.

Para crear tu mezcla natural, es fundamental conocer tu tipo de piel. Aquellas personas con piel seca querrán usar menos aceite de ricino, aquellos con piel grasa querrán aumentar la cantidad.  Encontrar tu mezcla perfecta te puede tomar un poco de tiempo, es un proceso de prueba y error, así que empieza con pequeñas cantidades.

Algunas sugerencias de mezcla:

  • Piel grasa: 30% de aceite de ricino y 70% de aceite de oliva
  • Piel Mixta: 20% aceite de ricino y 80% de aceite de oliva
  • Piel seca: 10% de aceite de ricino y 90% de aceite oliva

Puedes variar estos porcentajes para encontrar tus necesidades. Si sientes la piel muy seca, usa menos ricino y aplica más de oliva.

NOTA: Si tienes la piel hipersensible o con acné no es recomendable usar este tratamiento. Ahora bien, cada piel es diferente y puede que este método de limpieza haga maravillas en un tipo de piel y no sea benéfico en otra. Mi recomendación: Prueba y observa.