Algo que todos debemos de aprender es que uno no va al nutriólogo sólo para bajar de peso, sino para estar en el que te corresponde según tu edad, sexo y estatura, y deshacerte de los kilos de grasa que tienes de más, los cuales son los verdaderos causantes de tantas enfermedades. Si cometes alguno de los errores enlistados a continuación, es tiempo de que solicites ayuda de un profesional.
- Saltarse el desayuno:
Muchas veces por falta de tiempo o por mala costumbre, llegas a salir de casa con sólo un café en el estómago. Al no desayunar evitas que tu organismo tenga energía suficiente para ponerse a trabajar y puedes estar fomentando enfermedades como la gastritis. - Comer pocas veces al día:
Esto seguro lo has escuchado mil veces y siempre olvidas el valor de las famosas colaciones. No se trata de hacer cinco comidas completas, sino de tener tres (desayuno, comida y cena) con todos los grupos alimenticios y hacer dos colaciones con almendras/nueces, un alimento con proteína o verduras. - No comer suficientes verduras.
Las verduras están repletas de fibra, vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita para funcionar de manera adecuada y metabolizar de mejor manera los alimentos, además son un excelente snack a cualquier hora del día. ¿Tienes hambre? Come verduras, ¿No sabes que picar? Come verduras. Te aseguro que tus antojos por azúcar van a disminuir. - Evitar todos los carbohidratos y grasas en tu dieta.
Esto es un error. Recuerda que la clave es una alimentación balanceada que incluya en porciones adecuadas todos los grupos alimenticios a lo largo del día, incluyendo carbohidratos integrales o con bajo índice glicémico de preferencia y grasas de origen vegetal como el aceite de oliva, un poco de aguacate, nueces o almendras. - Seguir dietas de moda.
Estas dietas suelen ser muy restrictivas y monótonas, por lo que al momento en que rompes la dieta y regresas a tu rutina normal de malos hábitos alimenticios, el cuerpo guarda todo ese alimento en forma de grasa, “por si lo dejamos nuevamente en ayuno” y viene el famoso “efecto rebote”. - Creer que todo lo “light” no engorda.
Aprende a revisar bien las etiquetas de lo que comes. Muchas veces al quitar grasas de un alimento le agregan azúcar para compensar el sabor, o si algún producto dice bajo en azúcares, revisa que tenga menos de 5 gramos por porción y de preferencia que la lista de ingredientes no sea interminable y llena de químicos impronunciables. - No hacer ejercicio.
Si alguien te llega con el cuento de que “con esta dieta no necesitas hacer ejercicio” te están mintiendo. ¿Quieres ver un cambio rápido? Come bien y sano, y ejercítate. No hay de otra. - Y el error más común que puedes cometer, es no ir con un nutriólogo. Recuerda que cada cuerpo es diferente y por lo mismo, cada persona tiene distintas necesidades de alimentación.