Nos dimos a la tarea de aclarar varias teorías que existen sobre el mundo de la fragancias ¿Verdades o falsedades? continúa leyendo la siguiente nota para descubrirlo.
1. Almacenamiento
Al igual que el vino, una fragancia debe estar en un lugar fresco y con poca luz. Y no decimos que la guardes en la alacena de tu cocina, mejor elige el lugar ideal en tu cuarto, con esto conseguirás que su aroma duré fresco por un par de años más. Evita guardar tus lociones en el baño porque el vapor y el calor que se genera las puede dañar. ¿Cambio de color? Es momento de tirarla.
2. Evita frotarla
Para prolongar o fomentar el aroma es necesario frotarla sobre tu cuerpo ¡mentira! Esta teoría es poco válida ya que lo único que ocasionarás es romper las moléculas, alterando el olor original. Recuerda que para eso existen las notas de salida, corazón y fondo.
3. Mezcla aromática
¿Es correcto combinar fragancias? Algunos te dirán que no, nuestra experiencia dice que lo hagas. Siempre y cuando tengas presente mezclar solo dos perfumes, uno será de aroma ligero (herbal o acuático) mientras que el otro intenso (maderas o resinas).
4. No la reemplaces
En ocasiones pensamos que un desodorante es lo mismo que un perfume ¡incorrecto! Los desodorantes protegen a nuestro cuerpo de los malos olores, mientras que la fragancia es un producto estético que crea una experiencia olfativa.
5. Aplicación
Dónde y cuándo aplicarla es la pregunta más frecuente. Pensamos que no existe una forma ideal, de ahí que recomendemos aplicarla de manera libre sobre tu cuerpo -poniendo atención en la parte superior- 3 veces al día:
1) después de la ducha,
2) a medio día como un refresh
3) en la noche (si es que tienes algún evento nocturno)